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Exitosa integración de la forestación con ganadería

En esta nueva entrega de Bienplantados, Felipe Fuentes, productor asociado a Montes del Plata, nos cuenta cómo se integran la ganadería y la forestación tras diez años de experiencia en su establecimiento. Qué rol juega la sombra y el abrigo en el rubro ovino y cómo se ha integrado la forestación al trabajo en el campo.

El establecimiento “El Trebal” está en Flores, en el paraje Juan José Castro. Tiene 1.600 hectáreas, con una amplia diversidad de rubros productivos. “Soy un apasionado de lo que hago y junto al apoyo de la familia, creo que son las cosas que explican los resultados”, expresa Felipe Fuentes, quien conduce este proyecto familiar. “Hacemos ganadería ovina y vacuna; mayormente proveemos vacunos recriados a los corrales de terminación, si bien también hacemos algo de terminación propia. Y en el rubro ovino tenemos un ciclo completo enfocado en el cordero pesado”, destaca. “En ese rubro incorporamos un compartimento, un sistema que -bajo un estricto protocolo- permite vender carne de alta calidad para Estados Unidos. También hacemos agricultura, tanto de verano como de invierno, semilla fina y -hace 10 años- integramos en El Trebal la forestación para la producción de celulosa, en alianza con Montes del Plata”, describe.

Fuentes ha combinado con mucha precisión y éxito todos sus rubros, en especial la forestación con la ganadería. “Cuando empecé a forestal no imaginaba que el rubro ovino iba a ser tan dependiente de la forestación, tan integrado como está hoy. Hay que recordar que los montes en el establecimiento se plantaron en campos de menor productividad; pero se buscó una forestación abierta, no en bloque sino en rodales que crearan lugares para que el ganado tenga acceso y pastoree”, explica. Fuentes creó así un paisaje particular, combinado, donde un lugar no es igual a otro, para integrar pastos, ganados y árboles.

“Junto a la plantación de los nuevos montes se mejoraron los bajos y pasturas, y se hizo hincapié para que todo esté muy integrado: forestación y rubro ganadero. De esa manera, creo que se llegó a un ‘combo’ perfecto de abrigo, sombra y buena pastura, para que el rubro ganadero se exprese bien”, afirma Fuentes. 

 

Montes protectores

“Cuando empecé con el rubro ovino mi meta era señalar 2.000 corderos por año, con la mínima cantidad de vientres, apuntando a una señalada alta, de 150%. Para eso implementamos varias prácticas: parideras en galpón, ovejas melliceras y trilliceras. Y como queríamos que el negocio sea a gran escala, decidimos largar todas las melliceras dentro de la forestación; allí, con mucho abrigo, empezamos a ver que teníamos resultados tan buenos como en las parideras en galpón: 160% y 170% respectivamente. Cometimos algunos errores en años siguientes, pero este último año ajusté bien la carga y logramos 177% de señalada dentro de la forestación, con ovejas todas mellicera. Es decir: logré una mejor señalada en la forestación que en las parideras de galpón”, relata el productor. 

Para explicar el resultado, Fuentes recurre a un ejemplo. “En un día de invierno con temporal, dentro de la forestación no se aguanta una campera, así de sencillo. Las ovejas siempre tienen abrigo, no importa desde dónde sople el viento, gracias a la forestación y la forma en que está dispuesta. Incluso hemos salido a revisar los días de temporal, para ver si hay mortandad, y los corderos nacen en pleno temporal, bajo dentro de los montes, en el abrigo natural que da el árbol”, cuenta. “En cuanto a predadores, el problema es el zorro, que no tiene enemigo natural. Al chancho jabalí le gusta más el grano. Por eso, hacemos algunos controles, alguna ronda nocturna, para controlar zorro y lograr la señalada que queremos”, agregó.

El Trebal estableció un compartimento ovino, una modalidad de producción que da garantías sanitarias -en base a determinados protocolos- para poder exportar carne ovina con hueso a Estados Unidos. “Es una gran herramienta en la cual trabajaron muchas entidades, con el SUL y el MGAP; con eso hoy logramos un precio por los corderos que está 25% arriba del mercado de plaza, lo que es un gran estímulo para tener una alta señalada”, remarca Fuentes.

Caminos hechos

En El Trebal ya se cumplen diez años del ingreso de la forestación, a través del primer contrato de Alianza con Montes del Plata, y Felipe Fuentes hace su balance. “En unos meses van a cortar los montes, y se llevarán la madera para hacer celulosa; la verdad es que ya los estoy extrañando, por todo lo que dan al sistema. Sabíamos que es una etapa de diez años que -por suerte- se está concretando. Ya están los caminos hechos para sacar la madera y realmente los estamos disfrutando, pero vamos a extrañar los montes porque cambiaron el campo, su paisaje y su producción”, remarca.

El éxito de la integración se confirma en nuevos contratos forestales. “Firmamos otro contrato más con Montes del Plata y la idea es escalonar los cortes, de manera de tener siempre abrigo en algún lugar, para continuar el manejo que hacemos con el ovino. El primer contrato fueron 99 hectáreas de renta a diez años, con pago anticipado; el segundo son diez hectáreas, también en arrendamiento, y este año la propia empresa El Trebal plantó árboles -otras diez hectáreas- con el material genético de Montes del Plata, para hacer su propio negocio”, describió. Se amplía así el área forestal integrada.

La experiencia de Fuentes muestra los logros de un diálogo permanente con Montes del Plata “Todos los campos son diferentes y yo hice una forestación de acuerdo al tipo de campo que tenía. Si lo tuviera que hacer de vuelta, tal vez lo haría participando más en el negocio, aunque siempre en alianza con Montes del Plata. La forestación está muy integrada al sistema productivo y es una manera de diversificar, con estabilidad. Hoy -por ejemplo- resulta difícil sembrar soja por la falta de agua, pero los árboles siguen creciendo”, compara. 

“Por eso, yo le diría a un productor que puede estar interesado en incorporar forestación, que valore la diversificación, los beneficios para otros rubros y el mejor uso productivo del suelo; son todos factores positivos para forestar”, concluye.

“Si en el establecimiento del caso hay ganado vacuno, se sabe que en verano, desde las ocho de la mañana los animales se ubican en la sombra y no quieren saber más nada con el sol. La sombra en el verano es fundamental y ahora estamos desarrollando un proyecto de ‘agua en la parcela’ en una superficie grande; de manera que las diez hectáreas que mencioné se plantaron en siete nuevos rodales diferentes, en distintos potreros, para que el ganado acceda a la sombra y al agua en conjunto”, explica entusiasmado Fuentes. 

Se trata de poner la forestación al servicio del conjunto de la producción. “Otro ejemplo –dice-: respecto a las parideras de ovejas en galpón, dan buenos resultados. Pero si me das a elegir, planto árboles, porque hago el trabajo con la majada en mucho menos tiempo, haciendo más eficiente y fácil el manejo”, relata. Otros productores han hecho cosas muy legítimas, como forestar una porción mucho mayor, pensando en un ahorro futuro, incluso para sus hijos o nietos. En el caso de El Trebal, la forestación está estrictamente integrada.

“El rubro forestal se ha integrado 100% al trabajo en el campo, y es muy amigable. Claro que hay que hacer deberes, como cuidar las porteras y controlar los pajonales. Nosotros los hicimos, pensando esto desde el momento de plantar: cómo va a circular el ganado, cómo mejorar todos los espacios, pues no se trata de forestar y forestar. Tiene que ser un sistema integral y que la gente tenga el trabajo lo más fácil posible”, concluye el productor de El Trebal.

 

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